Muchas veces pecamos de indecisos en la vida. Pero cuando se trata de nuestra seguridad y de la de nuestros seres queridos, debemos tomarnos el tiempo para elegir los mejores dispositivos.

 

En el mercado existe una gran variedad de cajas fuertes las cuales pueden adaptarse a las necesidades más básicas, o incluso complacer gustos bastante exigentes.

 

Ante este planteamiento ¿qué debemos tomar en consideración al momento de escoger una caja fuerte? ¿Son sus materiales, es su costo, el tamaño? En este post queremos despejar alguna de esas dudas.

 

La primera pregunta que debes responder para orientarte frente a la elección de una caja fuerte es qué objetos deseo resguardar y dónde los tengo guardados.

 

¿Estamos hablando solo de papeles, fotografías antiguas, obras de arte o incluso joyas? Todas estas pertenencias pueden tener un valor monetario o sentimental para ti, así que vale la pena preservarlas ¿cierto?

 

Hay cajas fuertes de uso residencial que están diseñadas no solo para proteger lo tuyo de manos ajenas, sino también de incendios, inundaciones y otros desastres naturales que puedan ocurrir.

 

Existen cajas de seguridad que están avaladas por diversas organizaciones internacionales. Estas, quizá de mayor costo, vienen con certificaciones especiales porque han sido probadas por expertos.

 

 

Este es probablemente el motivo por el cual buscan mayormente una caja fuerte tanto en una residencia como en una oficina. A todos nos da terror perder lo nuestro en manos de personas inescrupulosas.

 

Para esto, las casas especializadas en la fabricación de cajas fuertes , han diseñado modelos con altísimos niveles de hermetismo. Estos se miden desde el I hasta el IX, dependiendo sea el caso y el modelo.

 

Los estatutos internacionales señalan que una caja fuerte con la denominación EN 14450 es quizá la de mayor seguridad para una residencia. Son las ideales para evitar los robos.

 

Para llegar a este serial de seguridad, las casas matrices hemos elaborado grandes ensayos y pruebas para corroborar la resistencia de nuestros dispositivos puestos a la venta.

 

Entre las mediciones que se hacen para verificar la factibilidad de una de estas cajas fuertes, evalúan el tiempo que le toma un ladrón entrar a una casa y qué herramientas emplea para tal fin.

 

Una caja de seguridad de este tipo por lo general es probada contra destornilladores, alicates, martillos, máquinas para talar, palancas, taladros, entre otras herramientas utilizadas para violentarlas.

 

 

Los accidentes ocurren sin previo aviso, y muchas veces perdemos objetos de valor que no estaban bien resguardados. En el caso de un incendio, las consecuencias pueden ser devastadoras.

 

Estudios han revelado que las probabilidades de sufrir incendios en casa o en el trabajo es de una en cuatro. Aunque sea poca, nunca está de más tomar la precaución.

 

Es por ello que las cajas fuertes contra fuego son las más buscadas para evitar que el fuego devore los objetos de valor. Sobre ellas pueda pesar una gran temperatura, pero en el interior apenas se sentiría tal calor.

 

La certificación de este tipo de caja fuerte avala el hecho de que puedan proteger papeles, por ejemplo, así en el exterior la temperatura supero los 150 grados centígrados.

 

Las hay de varios modelos, que van desde las que soportan más de 65 grados centígrados hasta unas más sencillas que soportan hasta 50 grados centígrados de afuera hacia adentro.

 

 

El agua, aunque vital para la vida humana, puede ser letal para determinados materiales, documentos, por ejemplo. Hay cajas fuertes que están diseñadas para que no comprometan nuestras pertenencias más sensibles.

 

Para que reciban la mayor certificación de seguridad, estas cajas fuertes son sumergidas bajo agua durante 30 minutos o más para garantizar que el agua no pase por la puerta o demás piezas.

 

No existe un nivel de certificación como en el caso del fuego. Sin embargo, en las especificaciones de la caja de seguridad debe expresar que el aparato es resistente al agua.

 

 

Las leyes internacionales exigen que las armas de fuego sean guardadas en cajas fuertes con especificaciones particulares por tratarse de dispositivos letales y muy peligrosos.

 

Se venden de acuerdo a la característica del arma o de acuerdo a sus grados como el Grado I o el Grado III. En el caso del primero, es para las armas largas y cañones.

 

En el caso del segundo indicador, están diseñadas para armas cortas de licencia tipo F que se utilicen para uso personal o que estén destinadas para empresas de seguridad.